sábado, 9 de julio de 2011

6. El Líder - Segunda Parte


LOS VALORES DE UN LÍDER


Desde niño se reciben los valores inculcados en casa por los padres, debido a que estos se interesan en que los hijos tomen estos valores como modelo a continuar, estos por lo habitual son el reflejo de la manera en que se desenvuelve  esa familia, en consecuencia , valores que están bien cimentados en los padres y que se reflejan en cada acción de sus progenitores, por ejemplo: honestidad, respeto, estimación, aprecio, consideración, lealtad, honradez, sinceridad, veracidad,  etc., pero lo más importante de todos estos valores que esperan inculcarnos los padres es la trascendencia que tendrán los mismos en la vida adulta si se adoptan como patrones de conducta, principios de vida y normas de comportamiento.
A través de la educación, el conocimiento y la experiencia se van cimentando esos valores así como también se adquieren otros que en su conjunto logran que la persona adquiera solvencia moral y autoridad personal.
Cuando se llega a la etapa adulta se empieza a ver la vida de otra forma, de otra perspectiva, se modifica la configuración acerca de lo malo y lo bueno, sobre todo cuando se tiene el privilegio de estar en un trabajo en donde se depende de la colaboración de otros y que de algún mando y que de alguna forma influimos en ellos día tras día, los valores que tomamos influenciados por nuestros padres adquieren una enorme importancia ya que tenemos ganada credibilidad y respeto de los colaboradores cuando se dan cuenta que los valores que traemos difícilmente van a ser desvirtuados por alguna razón, juicio, evento, caso,  incidente,   hecho, acontecimiento,  suceso, ocurrencia,  o circunstancia.
En fin, es importante destacar que difícil ser líder si no se cuenta con los valores que trae uno bien cimentados y con la orientación de personas que sean especialistas en conocer lo que es un verdadero líder.

CLAVES PARA UN LÍDER EXITOSO
Tom Peters ha recopilado las 50 maneras de ser un líder exitoso en tiempos de locura, este es un documento aplicable a esta década (2000).

Entre esas características encontramos:
- Gerente visionario: Si bien el liderazgo es un don especial, muy apreciado en esta época, no olvide que el gerente es el alma y el motor de las organizaciones de alto desempeño, es decir, tanto los líderes como los gerentes son populares.
- El líder carismático: Cuando estamos bajo el manto de un peligro inminente, buscamos con ansia ese líder visionario capaz de hacer el trabajo de dirigir las tropas a la guerra, alcanzar la victoria  y ofrezca una nueva visión con aceptación popular y con una imagen personal demoledora.
- El liderazgo no tiene una talla única: Eso quiere decir que todo es relativo a la circunstancia que exige un estilo adecuado, que lo puede ofrecer una persona adecuada. En otras palabras, el tiempo, el espacio y  las circunstancias mandan y no existen individuos capaces de desenvolverse en todas ellas.
- No se promedia el liderazgo: No se trata de igualar los talentos al nivel del menor común denominador. Aproveche a los individuos especiales de los equipos sobresalientes. Sea el líder espiritual que potencia los talentos de cada uno y hágalos actuar al tiempo...en equipo debidamente coordinado y en completa armonia dedicado al logro de los objetivos.
- Creatividad: Aproveche el desorden. Si no hay desorden no se puede encontrar creatividad; es decir, que no se estimula el liderazgo. Juegue y deje jugar.
- No tiene que ser el mejor: La experiencia es necesaria, pero el líder es el que es capaz de lograr los objetivos y metas, orquestando el trabajo de los demas ; no es el que mejor hace el trabajo, sino el que sabe quien lo hace mejor y lo convence para que lo haga. El líder es eso, líder.
- Cumplimiento: Muestra un buen desempeño y buenos resultados; cumpla con lo prometido y demuestre su éxito.
- Improvisación: Un líder no se improvisa, este decide ser líder. Él crea su propio destino y defiende la vida de la compañía en el campo de batalla.
- Apoyo en la logística: Un líder con visión y capaz de trazar una estrategia efectiva es muy valioso, pero no es nada si no puede contar con los instrumentos y el personal en el momento adecuado, en el preciso instante y sitio preciso.
- Las relaciones públicas: Cree relaciones cercanas. Cuando no se ha probado nada, lo único que importa es la inversión en relaciones que el líder ha hecho con su personal.
- Asumir múltiples tareas: Su éxito como líder depende de su capacidad para maniobrar con el mayor número de asuntos al mismo tiempo.
- Descubra la ambigüedad: Los líderes hacen de la ambigüedad un arma cuando son capaces de desmarañar las confusas señales, difíciles de detectar en medio del ruido. Ellos comprenden la complejidad y no se llevan por las apariencias, son capaces de descifrar los temas mas importantes.
- Mantener el conjunto unido: Las relaciones empresariales son mucho más complejas, lo que complica el poder y hace variables las alianzas. El líder construye y mantiene una red de contactos claves para influenciar una decisión.
- Adaptación: Comprenda que en este mundo las reglas de juego están constantemente en cambio, así mismo es necesario que el líder se adapte y se reinvente constantemente a sí mismo.
- La intuición: En un entorno delirante como el actual, el líder debe contar con un séptimo sentido, para tomar sus decisiones difíciles entre las diferentes alternativas que se le presentan.
- La confianza: El líder genera en sus seguidores confianza hacia él, de hecho, en esta época de locos, las personas clamamos por alguien en quien confiar. Ese es el líder.
- Autoridad: Este elemento del nuevo líder debe ser ganado, no obstante el líder de por sí es adepto a la autoridad. Pero eso se logra con rigurosos estándares de desempeño frente al equipo.
- Pensamiento fresco: Si se considera un líder para esta época, empiece por considerar seriamente la multidisciplinariedad de su equipo y mantenga siempre su mente abierta.
- No se ate al pasado: Si tiene una idea innovadora luche por sacarla adelante mientras todavía sea original. Si no funciona, olvídela y siga con otra, no se detenga en el pasado.
- El líder no es inmune al error: De hecho, los líderes cometen errores muy a menudo, pero lo reconocen rápidamente; lo tratan y superan más rápidamente y no lo cometen de nuevo, cada accion es una experiencia nueva.
- Líderes con líderes: Seleccione siempre lo mejor. Así saldrá adelante más pronto y se mantendrá en una mejor posición. Si trabaja con líderes, Usted estará potenciando su liderazgo.
- Buen humor: No se trata de ser un payaso, pero la verdad es que tendrá que pasar muchos fiascos y ridículos en su trabajo de líder. El líder ríe sinceramente; esto lo vacunará de la locura.
- Diseño: El líder actual habla el idioma del diseño y define sus especificaciones, esta es la marca de su marca.
- No hay nada sagrado; incluso el diseño: El líder sabe cuando retar las especificaciones del diseño y evolucionar a otro estado que de mejores resultados.
- El líder es de buen gusto: Sin entrar en discusiones subjetivas "para todo se debe tener gracia". No se espante de conceptos como belleza, buen gusto y gracia para hacer las cosas.

EL LIDER MILITAR
La estrategia es el arte que permite a un general llegar a un enfrentamiento armado con condiciones ventajosas sobre su adversario, mientras que con táctica entendemos los movimientos y las soluciones con los que se gana una batalla. “Un buen estratega es el que ve una guerra en términos generales, en términos diplomáticos, mientras que el táctico es el que sabe conducir a las tropas de forma efectiva hacia la victoria”, matiza el historiador Carlo Caranci. “Rommel es un buen ejemplo. Era un excelente táctico y dirigía a sus soldados magistralmente en cada batalla, pero no tenía visión general de la guerra, así que era un estratega limitado”.

El tercer factor que hemos tomado para valorar a los militares es la capacidad de mando, el talento de un general para guiar y motivar a sus tropas, para que éstas perciban tanto el liderazgo de su superior como su cercanía humana. El cuarto elemento de valoración es la incidencia histórica, ese afán que poseen casi todos los grandes hombres de dejar su sello en la Historia y cambiar su curso si es posible.
EL LIDER FRENTE A LOS CAMBIOS
El líder de este nuevo siglo, se anticipa a los cambios y acepta de forma positiva cada cambio que se le presenta. Visualiza y percibe cada cambio como una oportunidad y un reto.
Jesucristo La Eucaristia
JESÚS: EL LÍDER PERFECTO
Hay muchísimas cosas que uno podría decir tocante a la tremenda capacidad de liderazgo en el Salvador, mucho más de lo que podría expresarse en un discurso o en un libro, pero al menos quisiera señalar algunos de los atributos y aptitudes que El tan perfectamente demostró. Estas mismas aptitudes y cualidades resultan importantes para nosotros si es que deseamos tener éxito perdurable como líderes.
Principios concretos
Jesús sabía quién era y la razón por la que estaba en este planeta, lo cual le permitía guiar a sus seguidores basado en la certeza personal y no en la incertidumbre o en la debilidad.
Jesús actuaba en base a principios o verdades concretos en vez de simplemente ajustarse al estilo de aquellos líderes que establecen las reglas sobre la marcha. Esto quiere decir que era un líder ceñido a principios de probada eficacia, lo cual dotó al estilo de Jesús no sólo de constancia sino también de exactitud. Quienes procuran el poder a expensas de los principios a menudo terminan por hacer cualquier cosa para perpetuarlo.
Recordarán que repetidamente dijo: “Ven, sígueme.” El Señor se regía por un método de imitación, como si dijera “Haz lo que yo hago”, en vez de “Haz lo que yo digo”. Él prefería caminar y obrar junto con aquellos a quienes tenía por misión servir. El suyo no fue un liderazgo ejecutado a distancia. No les temía a las amistades estrechas ni tampoco a que la proximidad que pudiera existir con El desilusionara a sus seguidores. La levadura del verdadero liderazgo no puede levantar a nadie a menos que acompañemos y sirvamos a aquellos a quienes dirigimos.
Jesús se mantuvo virtuoso y así, cuando quienes le rodeaban estaban tan cerca de El que podían tocar el borde de su manto, el poder de la virtud surgía de El. (Véase marcos 5:24-34)
Jesús era un líder que escuchaba. Puesto que amaba a su prójimo con un amor perfecto, escuchaba sin presunción. Nadie puede ser un gran líder a menos que sepa escuchar. Un gran líder es aquel que escucha no solamente a los demás sino también a su conciencia y a los susurros del Espíritu, ya que por medio de El, Dios se comunica nosotros, sus hijos.
Jesús era un líder paciente, persuasivo y amoroso. Cuando Pedro levantó la espada, se abalanzó contra el siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha, Jesús le dijo: “...Mete tu espada en la vaina” (Juan 18:11). El incidente no despertó en El ni enojo ni perturbación.
Por haber amado a sus seguidores, Cristo estaba en condiciones de tratar con ellos de igual a igual, de ser sincero con ellos. Hubo veces en que amonestó a Pedro precisamente porque lo amaba, y Pedro, por ser un gran hombre, maduró gracias a esas amonestaciones.
Hay un maravilloso versículo en el libro de Proverbios que todos debemos siempre recordar:
“El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará. “El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; más el que escucha la corrección tiene entendimiento. “ (Proverbios 15:31-32)
Sabio es el líder o el discípulo que sabe escuchar y hacer frente a las “amonestaciones de la vida”. Pedro pudo hacerlo, pues sabía que Jesús lo amaba y fue por eso que el Maestro lo preparó para ocupar un alto lugar de responsabilidad en el reino de su líder.
Jesús jamás aprobó el pecado, pero veía en él algo que emergía del interior por necesidades insatisfechas de parte del pecador. Esta percepción le permitió condenar el pecado sin condenar el pecador.
Del mismo modo podemos nosotros poner de manifiesto nuestro amor hacia otras personas aun cuando tenemos la responsabilidad de reprenderlas. Tenemos que ser capaces de ver en lo más profundo de su vida a fin de detectar las causas básicas de sus fracasos y defectos.

PRINCIPIOS CONCRETOS
Comunicación
Jesús era un líder que escuchaba. Puesto que amaba a su prójimo con un amor perfecto, escuchaba sin presunción. Nadie puede ser un gran líder a menos que sepa escuchar. Un gran líder es aquel que escucha no solamente a los demás sino también a su conciencia y a los susurros del Espíritu, ya que por medio de Él, Dios se comunica nosotros, sus hijos.
Jesús era un líder paciente, persuasivo y amoroso. Cuando Pedro levantó la espada, se abalanzó contra el siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha, Jesús le dijo: “...Mete tu espada en la vaina”
(Juan 18:11). El incidente no despertó en El ni enojo ni perturbación.
Por haber amado a sus seguidores, Cristo estaba en condiciones de tratar con ellos de igual a igual, de ser sincero con ellos. Hubo veces en que amonestó a Pedro precisamente porque lo amaba, y Pedro, por ser un gran hombre, maduró gracias a esas amonestaciones.
Hay un maravilloso versículo en el libro de Proverbios que todos debemos siempre recordar:
“El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará..
“El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; más el que escucha la corrección tiene entendimiento. “ (Proverbios 15:31-32)
Sabio es el líder o el discípulo que sabe escuchar y hacer frente a las “amonestaciones de la vida”. Pedro pudo hacerlo, pues sabía que Jesús lo amaba y fue por eso que el Maestro lo preparó para ocupar un alto lugar de responsabilidad en el reino de su líder.
Jesús jamás aprobó el pecado, pero veía en él algo que emergía del interior por necesidades insatisfechas de parte del pecador. Esta percepción le permitió condenar el pecado sin condenar el pecador.
Del mismo modo podemos nosotros poner de manifiesto nuestro amor hacia otras personas aun cuando tenemos la responsabilidad de reprenderlas. Tenemos que ser capaces de ver en lo más profundo de su vida a fin de detectar las causas básicas de sus fracasos y defectos.
El liderazgo abnegado
El Salvador ejerció un liderazgo abnegado. Siempre puso sus necesidades y a sí mismo en segundo plano dedicando su tiempo a ayudar a sus semejantes a toda hora, y lo hizo infatigable, amorosa y eficazmente.
Muchos son en el mundo actual los problemas causados por el egoísmo y el egocentrismo en el que muchos se amparan, demandando inflexiblemente de otras personas, a fin de satisfacer sus propias exigencias. El enseñó que jamás puede haber progreso personal sin libertad. Uno de los problemas de la arrogancia en el liderazgo es que muchos de tales líderes se interesan únicamente en satisfacer sus propias necesidades en vez de las necesidades ajenas.
El Señor es sumamente perceptivo en cuanto a la gente y a los problemas que le afectan. Jesús poseía también la capacidad de calcular a largo plazo el efecto y el resultado de sus declaraciones proféticas, no sólo en lo referente a aquellos que las escucharían de sus propios labios, sino también en quienes las leerían dos mil años después. A menudo vemos a líderes seculares que se apresuran a resolver problemas buscando la forma de cortar el dolor presente sin darse cuenta de que con ellos no hacen no hacen otra cosa que crear aun mayores dificultades y dolor que experimentarán más tarde.
La delegación
Jesús sabía cómo dar participación a sus discípulos en el proceso de la vida. Les dio cosas importantes y concretas para que ellos hicieran a fin de lograr su propio desarrollo. Jesús confía en quienes le siguen al punto de compartir su obra con ellos a fin de que así se desarrollen. En este ejemplo está encerrada una de las más maravillosas muestras de su liderazgo. Si hacemos a un lado a otras personas con el propósito de cumplir una tarea más rápida y eficazmente, es posible que lo logremos, pero aquellos a quienes dirigimos no obtendrán progreso, lo cual es sumamente importante.
Sabiendo Jesús que esta vida tiene un gran propósito y que hemos sido puestos en este planeta para actuar y desarrollarnos, ese progreso se transforma en uno de los grandes fines de la vida así como en un medio para lograr ese fin. Podemos proporcionar información a fin de corregir lo que otras personas pueden estar haciendo mal, y hacerlo de una forma amorosa y abnegada.
Un líder capaz no tendrá temor de demandar de aquellos a quienes dirige. Jesús era poseedor de tal cualidad. Tuvo el valor de llamar a Pedro y a otros de sus discípulos pidiéndoles que dejaran su profesión de pescadores y le siguieran, no después de terminada la temporada de pesca ni inmediatamente después del próximo pez que pescaran, sino en ese mismo momento, sin esperas. Jesús les hizo saber a sus seguidores que El creía en ellos y en sus posibilidades, lo cual le permitía ayudarles a mejorar la condición de sus almas por medio de sus logros. Jesús creía en sus seguidores, no sólo por lo que ellos eran sino por lo que tenían el potencial de llegar a ser.
Jesús confió a la gente verdades y tareas que estaban en proporción a la capacidad que estas personas tenían. No les abrumó con cosas más complicadas de lo que ellas podrían hacer, sino que les dio lo suficiente para que pudieran progresar interiormente. El estaba interesado en los aspectos básicos de la naturaleza humana y en producir cambios perdurables en vez de simples cambios superficiales o de hacerles hacer cosas por salvar las apariencias.
La responsabilidad
Jesús nos enseñó que no solamente somos responsables por nuestras acciones sino también por nuestros pensamientos.
Debemos recordar esto siempre. El buen líder tendrá presente que es responsable ante Dios así como ante quienes nos dirige.
Al demandar responsabilidad de sí mismo, estará en mucha mejor posición de asegurarse de que otros también sean responsables de su conducta y actuación. La gente por lo general prefiere actuar dentro de los confines que le son trazados por sus líderes.
Administración del tiempo
El Salvador también nos enseñó cuán importante es saber hacer uso del tiempo. Esto no significa que no debe haber nunca tiempo para recreación, ya que debe haber también un período para contemplar y renovarse, pero jamás debe haber tiempo para simplemente perderlo. La administración de nuestro tiempo es asunto de suma importancia, puesto que éste es el ingrediente del que está compuesta la vida y es una de las pocas cosas que nunca pueden ser reprocesadas.
Grandes líderes seculares
Aquellas personas a quienes tanto admiramos y respetamos como líderes de la familia humana han sido así puestas en un pedestal precisamente porque en muchas formas representan las cualidades que Jesús demostró en su condición de líder.
Contrariamente, aquellos líderes que a lo largo de la historia han resultado más nefastos para la humanidad, así lo fueron debidos precisamente al carecer casi por completo de las cualidades exhibidas por el Hombre de Galilea. Es posible que no todos nosotros podamos llegar a ser el ejemplo perfecto de liderazgo, pero sí podemos realizar un esfuerzo honesto por acercarnos a tan grande ideal.
Nuestro potencial
Una de las grandes enseñanzas del Hombre de Galilea, el Señor Jesucristo, fue que todos nosotros llevamos dentro inmensas posibilidades. Al instarnos a ser perfectos como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto, Jesús no nos sobrestimó ni tampoco pretendió reírse de nosotros.
Simplemente nos hizo saber una poderosa verdad tocante a nuestras posibilidades y a nuestro potencial. Se trata de una verdad tal vez demasiado impactante como para tan siquiera considerar. Jesús, quien no podía mentir, buscó la forma de ampliar nuestro panorama de posibilidades en nuestro camino hacia la perfección.
Nosotros no somos perfectos como lo fue Jesús, pero a menos que aquellos que nos rodean puedan percibir nuestros esfuerzos y nuestro progreso, jamás estarán en condiciones de encontrar en nosotros el ejemplo y nos verán como personas carentes de seriedad en todo lo que debemos hacer.
El ser humano tiene más posibilidades de hacer el bien y de ser bueno que las que en realidad utiliza. Estas oportunidades nos rodean por todas partes. A pesar de lo amplio que sea en estos momentos nuestro círculo de influencia, si mejoráramos nuestra actuación apenas un poco, ese círculo se ampliaría e incluiría en él a quienes en estos momentos todavía están afuera. Muchas son las personas que aguardan que les extendamos una mano y les amemos, lo cual podremos lograr si tenemos en ellas el interés que nos haga mejorar nuestra actuación.
Debemos recordar que esos seres mortales con quienes nos encontramos en la calle, en las oficinas, en los ascensores y en otros lugares son también parte de la humanidad que Dios nos ha dado para que amáramos y sirviéramos.
Poco nos beneficiaría hablar de esa hermandad de la humanidad, si no podemos aceptar a todos los que nos rodean como nuestros hermanos y hermanas. Si nuestra muestra de humanismo nos resulta poco llamativa o muy pequeña, debemos recordar la parábola que nos dio el Señor en la nos recuerda que la grandeza no siempre está relacionada con el tamaño de una cosa, sino que con la calidad con que ésta se hace. Si empleamos bien nuestros talentos y las oportunidades que nos rodean, no pasará inadvertido para Dios. Y a aquellos que obran bien con las oportunidades que se les dan, les serán ofrecidas aún más.
Las escrituras están repletas de ejemplos de líderes quienes, contrariamente a Jesús, no eran perfectos, pero sí fueron sumamente eficaces. Estos ejemplos podrían ayudarnos enormemente si los leyéramos a menudo. Hay veces que olvidamos que las Escrituras nos ofrecen siglos de experiencia en liderazgo, y lo que resulta más importante, nos brindan los principios inalterables sobre los cuales de operar el liderazgo real a fin de que surta un efecto positivo. Dichas escrituras son el manual de instrucciones para el futuro líder.
El líder perfecto
Si queremos lograr el éxito, he aquí nuestro molde. Todas esas ennoblecedoras, perfectas y hermosas cualidades de la madurez, de la fortaleza y del valor se pueden encontrar en esta misma persona.
Tal vez lo más importante que les puedo decir en cuanto a Jesucristo, más allá de todo lo que les he dicho, es que El vive. En verdad, encierra todas esas virtudes y atributos de que nos hablan las Escrituras. Si pudiéramos llegar a una convicción en cuanto a ello, llegaríamos a la esencia de la realidad del hombre y del universo. Si no aceptamos esa verdad y esa realidad, entonces no contaremos con los principios inalterables o las verdades trascendentales mediante las cuales vivir en felicidad y en servicio.
En otras palabras, nos resultará muy difícil llegar a ser líderes productivos a menos que reconozcamos la realidad de ese líder perfecto, Jesucristo, y le permitamos ser la luz que alumbre nuestro camino.

 IMPORTANCIA DEL LIDERAZGO
1.       Es importante por ser la capacidad de un jefe para guiar y dirigir.
2.       Una organización puede tener una planeación adecuada, control y procedimiento de organización y no sobrevivir a la falta de un líder apropiado.
3.       Es vital para la supervivencia de cualquier negocio u organización.
4.       Por lo contrario, muchas organizaciones con una planeación deficiente y malas técnicas de organización y control han sobrevivido debido a la presencia de un liderazgo dinámico.
Cordialmente
Ángel Guillermo Ruiz Guerrero
Maestro en Oratoria Asertiva 
Lima Perú

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